A escasa distancia de las desérticas costas saharianas, a lo largo de las
agrestes cumbres de la isla Canaria de la Gomera, se refugia uno de los
bosques más singulares y emblemáticos del Estado Español. La persistente
envoltura de nieblas que ascendiendo desde el Océano se pega a las cumbres
insulares, impregnándolas de humedad y frescura, propicia la milagrosa
existencia de estas espléndidas y misteriosas selvas, últimos vestigios
supervivientes de las ancestrales selvas subtropicales que hace millones de
años poblaron el área mediterránea.
La laurisilva canaria, un ecosistema
relicto del Terciario desaparecido del continente como consecuencia de los
cambios climáticos del Cuaternario, encuentra refugio en la zona de nieblas
de las islas Canarias. Garajonay es en la actualidad la muestra mejor
conservada de este ecosistema, albergando más de la mitad de los bosques
maduros de laurisilva del Archipiélago. Otros valores del Parque Nacional
son la diversidad de tipos de formaciones vegetales, el gran número de
especies endémicas y la existencia de espectaculares monumentos geológicos,
como los Roques.